La Alegría de Compartir en la Kabalá

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La Kabalá celebra profundamente el acto de compartir, tanto en lo material como en lo espiritual, destacando que uno de los mayores placeres de la vida radica en compartir la felicidad con nuestros seres queridos y hasta con aquellos que no conocemos. Esta filosofía de vida no solo enriquece a quien recibe, sino que también brinda una profunda satisfacción a quien da. Abraham, nuestro patriarca, es un ejemplo emblemático de esta actitud: su generosidad al compartir su hogar, sus pensamientos y su mesa con cualquiera que cruzara su camino es una de las razones por las que fue elegido para ser el padre de muchas naciones. Su amor y generosidad hacia los demás fueron inmensurables.

En la Kabalá, tanto la riqueza espiritual como la material se disfrutan plenamente cuando se comparten. Esta tradición se sustenta en dos conceptos clave: «Jesed» y «tzedaká», que juntos fomentan una visión altruista y comunitaria de la vida.

Jesed: La Bondad y el Amor

El «Jesed» representa la bondad divina reflejada en el hombre, impulsándonos al amor hacia el prójimo, a la empatía y al deseo de unirnos y apoyarnos mutuamente. Actuar con «Jesed» significa establecer conexiones profundas con otros a través de actos de bondad y amor, emulando así la bondad infinita de D-os. Es este sentimiento el que nos motiva a compartir y a extender nuestras manos hacia quienes nos rodean, creando un tejido social de apoyo y amor.

Tzedaká: La Justicia y la Misericordia

Por otro lado, «tzedaká» se traduce comúnmente como justicia, y sugiere que compartir nuestra riqueza con aquellos que lo necesitan es un acto de justicia divina, más que simplemente un gesto de caridad. Este concepto nos recuerda que nuestra prosperidad no es resultado únicamente de nuestro esfuerzo, sino que es un regalo de D-os destinado a ser compartido. Practicar la «tzedaká» es, por tanto, un deber moral que reconoce la igualdad y la dignidad de todos ante D-os, y nos insta a contribuir activamente a una sociedad donde las necesidades de todos sean atendidas.

La Participación Social del Individuo

La combinación de estos dos conceptos subraya la importancia del rol social del individuo, destacando que, más allá del placer de compartir, existe un compromiso ético con el bienestar colectivo. Los actos de «tzedaká» deben ir acompañados de «jesed», enfatizando que la justicia social debe estar fundamentada en la compasión y el amor hacia el prójimo.

Conclusión

Compartir, según la Kabalá, no es simplemente una acción benéfica hacia los demás, sino un pilar esencial para la construcción de una comunidad y sociedad ideales. Al practicar la generosidad, la bondad y la justicia, no solo ayudamos a los demás, sino que nos alineamos más estrechamente con los valores divinos, enriqueciendo nuestro propio espíritu y el mundo que nos rodea.

En Tikun Shalom, estamos profundamente comprometidos con la noble práctica de la Tzedaká, reconociendo la urgente necesidad, la profunda responsabilidad y la inmensa importancia de extender nuestra mano a quienes se encuentran en situaciones vulnerables. Conscientes de que cada contribución puede marcar una diferencia significativa, te invitamos, desde el corazón, a unirte a nosotros en este acto de generosidad.

Donar no es solo un acto de caridad, sino una inversión en la humanidad y un paso hacia la creación de un mundo más justo y amoroso. Al ofrecer tu apoyo, no solo estás ayudando a aliviar las dificultades inmediatas de aquellos que lo necesitan, sino que también estás sembrando semillas de esperanza, dignidad y oportunidad para el futuro.

Te alentamos a contribuir con lo que puedas, sabiendo que cada gesto de bondad tiene el poder de transformar vidas. Juntos, podemos hacer de este mundo un lugar más cálido y acogedor para todos. Tu donación, grande o pequeña, es un acto poderoso de amor y solidaridad.

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