En el corazón de la sabiduría kabalística yace un principio a menudo subestimado pero profundamente significativo: la salud no es solo un bienestar personal, sino una mitzvá, un mandamiento divino. La importancia de cuidar nuestra salud trasciende la mera preservación de la vida; es una responsabilidad sagrada que nos permite cumplir con nuestras obligaciones espirituales hacia Dios y hacia nosotros mismos. Esta visión se fundamenta en la profunda conexión entre el bienestar físico y la capacidad de realizar mitzvot, como se refleja en las enseñanzas de sabios y eruditos a lo largo de las generaciones.

La salud, en la perspectiva kabalística, es vista como un requisito previo para la realización de mitzvot y el servicio a Dios. El Talmud narra cómo Rab Huna instó a su hijo a atender las lecciones de Rab Jisdá, que incluían consejos sobre cómo mantenerse sano. Este intercambio subraya la idea de que cuidar la salud es una preocupación legítima y valiosa, lejos de ser trivial o mundana. La salud es esencial para nuestra misión espiritual en este mundo, proporcionándonos la fortaleza necesaria para llevar a cabo las mitzvot.

La Torá nos enseña que cualquier acto, por trivial que parezca, puede ser una oportunidad para cumplir con la voluntad divina, siempre y cuando se realice con la intención adecuada. Comer, trabajar y descansar no son meras actividades mundanas, sino oportunidades para acercarnos a Hashem. Por ejemplo, al alimentarnos, podemos hacerlo con la intención de mantener nuestro cuerpo sano para servir a Dios, reconocer la grandeza del Creador en la creación de los alimentos o cumplir con mitzvot específicas relacionadas con la alimentación.

La salud, por lo tanto, no es solo un medio para prolongar nuestra vida terrenal, sino una herramienta esencial para enriquecer nuestra vida espiritual. Descuidar nuestra salud no solo compromete nuestra capacidad para cumplir con nuestras obligaciones diarias, sino que también nos priva de años potenciales de servicio a Hashem y realización de mitzvot. En «Tikun Shalom», reconocemos la sacralidad de este mandamiento y nos comprometemos a proporcionar amuletos, rezos, meditaciones y talismanes que no solo buscan proteger y mejorar la salud física, sino también fortalecer nuestra dedicación a vivir una vida de mitzvot y cercanía a Dios.